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18 enero 2012


Irresponsabilidad – Carnavales alvearenses

Hace cuántos años que los carnavales alveaerenses se programan para empezar dos fines de semana antes de febrero, y una semana antes se pospone el comienzo. Hace cuántos años que los carnavales alvearenses salen la primera noche llenos de improvisaciones, con trajes a medio terminar, carrozas acompañadas por sus carroceros para ir sosteniendo las partes durante el desfile y un sonido a medio probar. Hace cuántos años se convirtió todo esto, que no debería suceder, en un “clásico” de los carnavales alvearenses, pregunto.
Y es una lástima, porque todas estas desprolijidades representan una tomadura de pelo, no solo al público local que paga su entrada para disfrutar del espectáculo, sino que también a aquellos que programan sus vacaciones, sus francos y postergan otras cosas para venir a participar de la fiesta más grande que tiene nuestro pueblo.
Enero y febrero son los meses de Alvear y, para mejor, coinciden con las vacaciones de verano. O sea que esta es la temporada óptima para que vengan a dejar su platita los “turistas”, que no son precisamente europeos y japoneses con súper cámaras de fotos como los que van a las cataratas del Iguazú, sino alvearenses mismos, en su gran mayoría, que por determinadas circunstancias viven en otros lugares, ya sea por estudio, por trabajo, por decisión propia. Y qué mejor agasajo se les puede ofrecer a esta gente aparte de los afamados carnavales alvearenses, únicos en su estilo, por su colorido, por su tradición, por su gente alegre. Pero, ¿se imaginan que tanto más lindo serían si se hicieran las cosas responsablemente?
Esta gente que viene de afuera, que se pasa todo un año trabajando en el trajín de las grandes ciudades y que en enero-febrero tienen la suerte de disfrutar de nuestro aire fresco, nuestras siestas de pajaritos y las noches de fantasía, hacen un grandísimo esfuerzo para poder acercarse hasta acá y un esfuerzo aún mayor para irse, una semana después, a lo sumo dos. Y por eso piden con antelación, ya desde mediados de año, en cada llamada telefónica a los parientes y a la radio, siguiendo las publicaciones en Internet, por las redes sociales, preguntando “¿cuándo empiezan los corsos?”. Y qué respuesta se les da... “Parece que el 20 de enero”, “Capaz que el 21”, “No se sabe bien todavía”. ¿Y cuándo se saben bien entonces? El 20, el 21, si no se pudre algún pato.
El año pasado pasó eso, el antepasado también, y el anterior. Y este año, para no perder la racha, se postergó otra vez una semana el inicio de los corsos. Lo que pareciera que no se entiende, por parte de quienes son responsables de llevar adelante el evento –llámese Comisión Permanente de Corsos, comparsas, Municipalidad, Pablito Da Silva, Cococho, Chelo o Jabonete– es que los que se organizaron hace meses, quizás desde antes de que las comparsas empiecen a moverse, para sacar sus vacaciones en la primer semana de carnaval, se van a quedar sin carnaval.
El corso, que tendría que empezar este viernes 20, fue postergado una semana, ¡pero el anuncio de la postergación se hizo 3 días antes! Ayer martes 17 se confirmó. ¿Y los que ya tienen los pasajes en mano? ¿Y los que ya sacaron sus vacaciones y pidieron sus francos para venir? ¿Y los que ya están acá y se tienen que ir este domingo? ¿Que se jodan? Con qué criterio se le toma el pelo de esta forma a toda esta gente, nuestra gente, que tiene la inmensa voluntad de venir a divertirse a nuestro pueblo, de encontrarse con sus parientes, sus amigos, de compartir una noche a pura música, colorido y lanzanieve, alentar a su comparsa favorita y colaborar, colaborar con el pueblo, dejar su plata en el pueblo. ¿Con qué criterio?
“No, lo que pasa es que tal comparsa no terminó la carroza”, “tal otra no tiene listo el samba en re-do”, “la de aquel barrio no terminaron el traje de la reina”. ¿En serio no hubo tiempo suficiente? ¿Acaso cuatro años de postergación de la primera noche de corsos no es un indicio suficientemente elocuente de que programarlos para dos fines de semana antes de febrero es una meta difícilmente alcanzable?
Para definir este tipo de cosas y otras que se asemejan más a improvisaciones demagógicas que a cuestiones logísticas o de mejor ordenamiento del espectáculo –me refiero al proyecto de cambiar el corsódromo de la Av. Hermanos Gómez a un tramo de la recientemente asfaltada Rodríguez Peña, donde aún no hay veredas ni iluminación apropiada, y a veinte días del lanzamiento del carnaval– son cuestiones que bien se pueden definir durante un año entero, instalando el tema en la sociedad y debatiendo concienzudamente.
Por qué esperaron a menos de una semana antes del lanzamiento para decidir la postergación, por qué, si desde octubre-noviembre la subsecretaría de Turismo de la provincia ya organiza los folletos, las webs y toda la promoción de los carnavales correntinos. ¿Cómo se les explica ahora a las autoridades de esa cartera que los corsos se postergaron, cuando la subsecretaria a cargo iba a venir a asistir al lanzamiento de los carnavales alvearenses, que iban a ser los primeros de la costa Uruguay en comenzar? ¿Cómo queda nuestra imagen, justo ahora, al cabo que nos dieron un poquitito de bolilla a Alvear con nuestros carnavales, que nunca eran tomados en cuenta desde la provincia? 
Son cosas que dan bronca, que “pichan”, como se dice por acá. Porque en definitiva, el carnaval y el 10 de febrero son prácticamente las únicas fiestas realmente convocantes que tiene Alvear. De un verano a otro hay, a lo sumo, pequeños eventos en comparación a lo que mueven enero y febrero. Y así y todo no se cuidan las formas, no se cuida la imagen, ¡no hay idea!
Ojala que después que terminen estos carnavales, después de la alegría y algarabía de la fiesta que seguramente va a ser estupenda, refrescante, inolvidable, no nos olvidemos, justamente, de que para el año que viene se pueden hacer mejor las cosas. No nos olvidemos, todo el pueblo, que el verano es temporada de visitas, que hay gente que vive muy lejos y que no le interesa el puterío que sucede aquí durante todo el año, sino que le interesa venir y pasar un buen momento, disfrutar, reír, gastar, e irse contento. A nadie le gusta que le tomen el pelo, tengamos eso en cuenta, por favor.



18-01-2012


Rectifico: el carnaval del año pasado salió los tres fines de semana de febrero, como estaba previsto. http://www.alvearnoticias.com.ar/preview_diag.asp?ID=2470&TAM=700

© 2012 DIEGO PETRUSZYNSKI

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