Bienvenidos a mi pueblo...

Contador de visitas


Estadisticas web

29 julio 2011


Resulta que en Alvear se inició este año la carrera para “profesor de enseñanza primaria” (maestro), y los estudiantes tienen como trabajo práctico hacer investigaciones sobre, entre otras cosas, las historias de ciertas escuelas. Gracias a mi mamá, que anda en ese tema, dí con el dato de que en el libro histórico de la Escuela Provincial N° 602 “Gendarmería Nacional” (antigua Nacional 202), ubicada en Barrio Mitre Norte, se guardaban datos realmente maravillosos acerca de la historia de nuestro pueblo.
Al día siguiente fui entonces a visitar la escuela, bien “cara de loco” como se suele decir. Interrumpiendo la entrevista de estudiantes de la carrera con la directora del establecimiento, me presenté y pedí permiso para ver el libro histórico. Con muchísima amabilidad me lo prestaron y me facilitaron un rincón en donde acomodarme para la lectura. El registro que se tiene allí es realmente invaluable.
Además de contar la historia de la escuela propiamente dicha, el libro arranca con un poco de historia de Alvear. Se comenzó a escribir a finales de los ’40, principios de los ’50, aunque la escuela se creó el 18 de septiembre de 1918 en lo que en ese entonces pertenecía más al paraje Pancho Cué que a la periferia Alvearense. La ruta provincial 40, camino que unía los pueblos de la zona, cruzaba a aproximadamente 1 km. de la escuela, y ésta quedaba a unos 3 km. del centro del pueblo. Recién en el año 1972 se habilita el pavimento de la ruta en su nuevo (actual) trazado, lo que acerca no sólo a la escuela sino que interfiere decisivamente en el desarrollo del barrio.
Lamentablemente, las plumas y las manos que escribieron las primeras páginas de este libro fueron varias, y los fragmentos no están firmados y no pude deducir con veracidad quienes son los autores de cada uno. De todas formas, aquí les transcribo algunos pasajes con aportes más interesantes y bastante clarificantes sobre la historia local, aunque no dejan de ser una “campana” más, versiones de los hechos contadas desde otra perspectiva y sobre todo otro contexto.
Ahí va entonces...

En cumplimiento de disposiciones superiores inicio el “Libro Histórico” narrando lo siguiente, cuyos datos me han suministrado antiguos pobladores de este pueblo.
Allá por el año 1864 no existía nada de lo que hoy es el pueblo de Alvear; la pequeña población, mejor dicho caserío, se agrupaba en el puerto frente a la ciudad brasileña de Itaquí, pero las crecientes periódicas del río Uruguay obligaban a los pobladores a abandonar sus viviendas, las que eran totalmente destruidas por las aguas. Entonces, en vista de este inconveniente que era un obstáculo para el progreso de una población y la tranquilidad de sus habitantes, las personas más caracterizadas, entre ellas un señor Hidalgo que era comerciante, resolvieron establecerse definitivamente en un lugar que no les molestaran las aguas. Hecho esto todo era campo y naturaleza, surgió la idea de fundar un pueblo, pidieron autorización al gobierno para delinear las calles y dividir los terrenos.
           Estos fueron adquiridos poco a poco por los pobladores, los que fueron edificando sus casas.
           La primera casa de material edificada existe aún, se encuentra a una cuadra de la plaza 9 de julio, en la calle Centenario, esquina Eladio Hidalgo, que fue propiedad del señor de este nombre y hoy pertenece a sus descendientes.
//
         En el año 1872 un médico italiano de apellido Lobatti en gira de estudios se estableció con otros compañeros en Itaquí (Brasil) haciendo también viajes profesionales a Alvear.
Pronto adquirió gran fama y clientela, pues hizo buenas curas y gratuitamente, en detrimento desde luego de los médicos brasileños establecidos en Itaquí.
           Como la actuación profesional del médico italiano molestaba y perjudicaba a los médicos brasileños, se estableció entre ellos una gran rivalidad siendo causa de algunos incidentes.
           En uno de los viajes se encontró el doctor Lobatti con uno de sus rivales en el puerto de Alvear donde se produjo un serio incidente al encontrarle el médico brasileño a Lobatti que trabajaba sin autorización, fue agredido por este. Regresó el médico brasileño a Itaquí y dio cuenta del hecho a las autoridades de la marina brasileña las que solicitaron inmediatamente de la Comisaría de Alvear, la entrega del médico italiano, a lo que se negó esta. En vista de la negativa de las autoridades argentinas locales, el comandante de la escuadra, con el objeto de intimidarles, ordenó el bombardeo de Alvear, el cual en esa época era pequeño y poco poblado. Varias balas cayeron en diferentes puntos de la localidad, sin causar prejuicios ni víctimas.
          Una de las balas se conservaba en la Comisaría local, otra fue llevada por el señor F. Sussini a M. Caseros. Se cree que este suceso haya motivado alguna declaración diplomática entre el gobierno brasileño.
          De este episodio no existe ningún documento en la localidad, únicamente los relatos de antiguos vecinos de este pueblo.
//
“Pancho Cué, 1° Sección Rural del distrito de Alvear, Dto. de San Martín, Provincia de Corrientes, comprende los terrenos ubicados entre los siguientes puntos:
Por el norte hasta los campos de Meyer y bañado Santa Rosa, Este y Sur vía del Ferrocarril Gral. Urquiza y Oeste río Aguapey.
La variedad de sus tierras, malezales, llanuras, los más y cuchillas hacen que también sean variadas las actividades de la población en las distintas épocas del año aunque la poca fertilidad de las mismas no permite el arraigo definitivo del agricultor. En varios lugares y en sucesivas oportunidades, criollos y extranjeros venidos al paraje, iniciaron plantaciones de citrus alentados por las excelentes condiciones superficiales de sus tierras. En el transcurso de los primeros cuatro años o cinco, el desarrollo de las platas era exuberante y hacía cifras en ellas lisonjeras esperazas, pero luego al profundizar sus raíces y alcanzar la “greda” inapta para todo cultivo, comenzaba la pérdida de vigor que al transcurrir los eses hacíase más visible y así al cabo de poco tiempo esas quintas que fueron la ilusión del chacarero se convertía en desesperanzas y desconciertos. En esa forma resultaron vanas las fuerzas de quienes en la tierra procuraron sus arraigos y justifica el éxodo de las familias hacia las ciudades donde sus múltiples actividades son una promesa para el futuro.
En la actualidad el elemento de trabajo se desempeña como jornaleros en las colonias arroceras de la zona, y en muchos casos a fin de hacer más provechosas peculiarmente la época de cosecha, hacen trabajar a los hijos menores.
Cuenta esta población con tres escuelas: Nacional N° 377, Provincial N° 124 y la Nacional 202.”
//
“Pancho Cue, Marzo 20 de 1950
Paraje ubicado en el Dpto. San Martín, Dto. Alvear, sobre la margen izquierda del Río Aguapey, abarcando una extensión aproximadamente de mil ochocientas hectáreas.
La variabilidad de sus terrenos hacen en ella posible la explotación de colonias arroceras y citrícolas con preferencia, habiendo plantaciones reducidas de todo tipo que producen lo necesario como para que la población obtenga en la zona los elementos más imprescindibles para su alimentación.
Existieron en el paraje hasta no hace mucho tiempo, montes de relativa importancia pues si bien en ella eran escasas las “maderas de ley” producían suficiente leña como para abastecer a la población de Alvear, constituyendo con ello su principal comercio.
Hoy están extinguido casi por completo debido al consumo continuo de las calderas de las arroceras y el abandono de los propietarios al no iniciar a su debido tiempo la reforestación que corresponde.
Las planicies y cuchillas inmediatas al Aguapey presentan al viajero un panorama de singular belleza, que se luce más visible e impresionante en época de las crecidas del río de referencia.”
//
“Origen del nombre: A estar a la referencia del Sr. Juan Gutiérrez Elizalde, Vice Cónsul del Brasil, en el año 1767 cuando la expulsión de los jesuitas, un señor llamado Francisco Gutiérrez (Pancho), que vivía aproximadamente al pueblo de Yapeyú, acompañado de dos hermanas, Mónica y Dolores Gutiérrez, llegó a la zona trayendo cierto número de ganado vacuno ubicándose donde hoy es la chacra N° .... que equivale decir la parte más o menos céntrica del paraje y en ella levantó su rancho, que entonces significaba el casco de la futura estancia. Pese a todo el entusiasmo con que se inició en sus tareas, Don Pancho Gutiérrez no conservó la nueva residencia por insinuación de sus hermanas que vivían atemorizadas con los bramidos de los tigres y se trasladó a la vecina orilla (Itaquí, Brasil) transportando casi la totalidad de la hacienda.
Desde entonces muy pocas veces volvió a visitar su casa, pero dejó su nombre al paraje.

© 2011 DIEGO PETRUSZYNSKI

Seguidores