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06 marzo 2009

Los hermanos mayores...

   Buenas buenas a todos...
   Sin mucho de nuevo para decir, se me ocurre contarles algo sobre mi pueblo querido en relación a otro que queda aquí cerquita nomás, La Cruz.
   Para el que mira un poquito de tele (8, 10 horas diarias, no más...), y especialmente la serie Los Simpsons, sabrá que existe aparte de Springfield, una ciudad que desde tiempos remotos es su rival oficial, Shelbyville. Con Alvear sucede lo mismo.
   Remontándonos a la historia, La Cruz es una de las ciudades más antiguas del país, fundada por padres Jesuítas por primera vez en 1630. A escasos 14 Km de Alvear (río Aguapey de por medio) se encuentra esta localidad, cabecera del departamento San Martín, en donde también se ubica Yapeyú, cuna del libertador. Por diversos motivos que no voy a detallar (busquen ustedes si quieren, Google es gratis), la ciudad fue abandonada y refundada un par de veces. La última fundación se hizo en la década de 1830 (así al menos recuerdo saber, no pude encontrar el año exacto porque en todos lados se nombra la fundación del 1600, queda más lindo). Esta última fundación la realizan un grupo de indígenas de la región, civilizados por los jesuítas que ya habían sido expulsados en el siglo anterior, y el gobierno de Corrientes dota de autoridades a la villa.
Alvear, por su lado, se funda el 10 de febrero de 1863 (como si algún alvearense no lo supiera...), es decir, aproximadamente 30 después de La Cruz. El lugar escogido para el emplazamiento de Alvear era el denominado Paso de Itaquí (Itaquí es la ciudad brasileña que se encuentra del otro lado del río Uruguay y que también fue una reducción jesuítica de la época de La Cruz).
   Hasta ahí más o menos todo bien; Alvear era parte del departamento La Cruz, cuya cabecera se encontraba en el pueblo homónimo. No tenía autoridad civil más que una comisión de vecinos, sin embargo, en muy pocos años, Alvear logró un progreso espectacular con el que superó ampliamente a su cabecera.
El motivo de este rápido despegue fue fundamentalmente el emplazamiento de ricos terratenientes y el fluido comercio con Itaquí, condiciones con las que La Cruz no contaba a la escala alvearense. En poco más de diez años, Alvear ya había superado a los cruceños en habitantes (tanto en número como en condición social) y aún así no poseía como autoridad más que una Comisión de Escuelas y Solares (municipalidad a medio pelo). Por ello, en agosto de 1875, más de cien vecinos alvearenses redactan y envían al gobierno provincial un petitorio popular solicitando a éste que Alvear se desligue de la potestad cruceña y que se asigne la creación autoridades gubernamentales propias. Brilló por su ausencia la respuesta capitalina, pero ya los cruceños nos empezaron a mirar feo... ¡Qué se creían estos recién fundados! 
   Así y todo, al año siguiente se repite el petitorio, pero esta vez ya se le da un toquecito de picardía, y más allá de los pretextos (bien fundados obviamente) que se expusieron, entre ellos el progreso alvearense y el estancamiento cruceño, que ya llevaba más de 40 años de fundada y no pasaba de unas pocas calles y ranchitos, los compoblanos pidieron también que las autoridades departamentales vinieran a residir en Alvear... ¡Uhh, ahí sí que se ofendieron feo!. Quién sabe qué encanto tendría La Cruz para el gobierno provincial de entonces, que ni cinco de bolilla le dio al petitorio, aún cuando el juez de paz de La Cruz corroboró lo expuesto.
No fue motivo para frenar el progreso alvearense el hecho de que estuvimos subordinados a los del sur del Aguapey, hasta la década de 1950 cuando se creó el departamento General Alvear (ojo con esto, el departamento es General Alvear, la ciudad es Alvear, ok? A no confundir). Un detalle sobre esto, durante ese tiempo también fuimos parte del departamento Juan Domingo Perón, pues así se llamó durante el gobierno del General (querrá Cristi hacer algo parecido alguna vez?).
   Quizás este hecho de las cartas a Corrientes, de las autoridades y que se yo, no sea muy conocido tanto por los cruceños como por los alvearenses, pero que hay pica, hay pica...
   Si habrán habido bailes, partidos de futbol, carreras de caballos y cualquier otro asunto que termino con persecusiones a pedradas hasta la costa del Aguapey, tanto de un bando como del otro.
   Se dice que habían madres de antes que no dejaban salir a sus hijas con cruceños, "todo menos un cruceño". También hay una historia de una señora cruceña que se durmió en el tren, pasó de largo su estación y cuando se despertó se dio cuenta que ya había cruzado el puente Aguapey. Enloquecida la mujer, que había jurado nunca pisar Alvear, se tiró del tren y volvió a pie a su pueblo. Miles de historias sucedidas a lo largo de todo este tiempo, y otras tantas que seguirán sucediendo, porque la pica sigue, ya ni se sabe por qué. Pero al fin y al cabo somos todos correntinos, aunque Alvear sea más ciudad, juegue mejor al fútbol, tenga más asfalto, chicas más lindas, y más apellidos... (perdón, el patriotismo me puede a veces, jeje!).
   Hoy en día ambas localidades son pujantes y modernas (angaú). Aunque hay que reconocer que La Cruz ha sido más beneficiada en los últimos tiempos, por mejores enganches políticos y administraciones, pero... Alvear no se queda tan atrás y ya van a ver que saltaremos con todo. Si Dios quiere se nos viene el puente, las cloacas, arreglos en materia energética (cuanto antes por favor!) y tantas cosas que se pueden hacer, solo hay que proponer, empezar y ponerle ganas.
   Y de los cruceños, bue... tanta cosa mala que uno a veces dice de ellos, pero más que nada por folklore, al final somos todos medio parientes (yo no, aclaro, de honda eh?). Pero enfin no queda otra que unirnos y pelear por el desarrollo conjunto de los pueblos de la costa Uruguay, que tanta falta nos hace.
   Saludos a todos, hasta la próxima...


© 2009 DIEGO PETRUSZYNSKI

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