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20 mayo 2009

De nuevo estoy de vuelta... después de larga ausencia...

Poco trascendentales han sido los pensamientos que atravesaron mi mente en estos últimos tiempos, o más bien, pocas eran las ganas de escribirlos, así que pido disculpas a los lectores ("la cantidad" no?) por el estirado lapso entre mi anterior publicación y esta.

Lo que les traigo hoy es algo escrito hace más o menos unos dos meses, no lo recuerdo bien, y ayer lo encontré en un cuaderno mientras hacía otras anotaciones. No se por qué no lo publiqué en ese momento, quizás porque está un poco fuerte, pero releyéndolo ahora, me doy cuenta que tan agresivo no estaba, teniendo en cuenta que lo que escribo no lo considero para nada mentira.

El detonante de este texto había sido el anuncio del boleto electrónico en la ciudad de Buenos Aires, así que lo modifiqué un poco para no hacerlo tan en torno a eso, y lo expuse solo como ejemplo, junto con otros que agregué. El asunto que quiero tratar es el federalismo en la Argentina.

En teoría, o en papeles, la República Argentina es una República Federal, o sea, la composición de varios estados que particulares, cuyos poderes regionales gozan de autonomía e incluso de soberanía para su vida interior (DRAE), sin embargo, en nuestro país, en gran parte de la práctica, esto se remite a la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, el famoso conurbano.

Ahí va el escrito:


La República Argentina de Buenos Aires.

Buenos Aires, hace y deshace la historia argentina. Fue el centro de la revolución y es la actual metrópoli de la colonia. Capital Federal ¿federal? No... Si lo único que interesa allí es el capital.
Buenos Aires es el centro del egoísmo, la codicia y la indiferencia, Son un estado unitario dentro de una república federal. Se jactan de ser los argentinos estando en el exterior, haciendo pedazos la imágen del jujeño hasta el fueguino. Son porteños, aclaren.
Por dar ejemplos de como esta ciudad es la única que importa en el país, tomemos en cuenta que la Presidenta de la Nación, de todo el pueblo que habita el territorio argentino, es decir, 23 provincias, hace una conferencia de prensa en la casa del pueblo para dirigirse a una ciudad autónoma y un puñado de municipios, sí, así es, gobernados por un intendente al igual que mi pueblo de corrientes con 8.000 habitantes, y entonces anunciar que el transporte por colectivo contaría con boleto electrónico. ¡Oh! Todos los diarios y canales de televisión hablando del dichoso boleto, que la presidenta hizo el anuncio, que el Jefe de Gabinete habló al respecto, que el Secretario del Sindicato lo aprobó... ¿Qué tiene que ver con "todos los argentinos"? ¿Acaso no hay un jefe de gobierno en la "ciudad autónoma" y un gobernador en la provincia? Corrientes Capital tambíén tiene boleto electrónico y ningún funcionario nacional, o debería decir, federal, hizo ningún anuncio o mención ¿Por qué? Porque a los porteños no les interesa.
Al interior nos dominan tanto económica como culturalmente. Las oportunidades están en Buenos Aires, de la General Paz para adentro, el resto es campo, barbarie. En pocos minutos todo el país se entera que un taxista fue asaltado en Corrientes y Callao, pero de las familias que quedan sin trabajo a causa de la sequía en el Alto Uruguay, que se entere el que pueda, y de casualidad.
Algo muy simple para darse una idea, es analizar los billetes de Pesos Argentinos. El de $2, Bartolomé Mitre, arrasó al pueblo paraguayo en la guerra más injusta del cono sur; Rosas, gobernador bonaerense, luchó por la ceseción de Buenos Aires, no es ni siquiera un vencedor, perdió y murió en el exilio; Sarmiento, modernizó Buenos Aires, viajó a costas de la Nación entera, recorrió el primer mundo para venir a decirnos que éramos una basura, que no servíamos, que había que exterminar nuestra cultura; y finalmente Roca, masacró a los dueños de casa y regló las tierras a sus amigos, nos puso bajo el yugo británico, etc. Los únicos argentinos son San Martín y Belgrano, que soñaron con una Patria grande, descentralizada y que obviamente fueron perseguidos y defenestrados por... los porteños.
Sin embargo Urquiza, luchó por la unidad nacional y la descentralización del poder porteño, fue asesinado por sus ideales, nos dio la Constitución y fue nuestro primer presidente legítimo; ni se lo nombra. ¿Por qué? Era auténticamente federal.
A lo largo de la historia, los revolucionarios, los realistas, los unitarios, los federales, los conservadores, los radicales, los socialistas, los peronistas, los golpistas, todos actuaron en Buenos Aires. En las escuelas estudiamos Buenos Aires. El país sabe quien es el Jefe de Gobierno porteño, y no conoce al gobernador de la provincia vecina, suponiendo que conozca el de la suya propia.
En Buenos Aires cortan una calle porque se quedaron sin luz 4 horas, toda la Nación lo ve por TV, pobrecita esa gente... En Corrientes un pueblo corta una Ruta Nacional porque quedó sin luz 4 días, y aparecemos en 2 canales unos minutos, qué loca esa gente. Todo el país conoce algo por lo menos del lunfardo, y el porteño no sabe qué significa la palabra che. Creen que el mate es un invento uruguayo, porque... les queda cerca. La música que nos representa es el tango, que apenas roza los 100 años y fue creado por inmigrantes que llegaron al país, mientras que el chamamé, la chacarera, el gato y el carnavalito son danzas antiguas, muertas.
Hablar con yeismo otorga status, y hablar con un acento autóctono da vergüenza. En el interior, en muchísimas provincias la gente es bilingüe porque habla además del español, alguna lengua nativa o de país fronterizo, trilingüe si consideramos que en la escuela se da inglés. Pero el porteño es el culto, aunque no sepa que el McPollo viene de una gallina criada en algún campo comiendo maíz.
Buenos Aires no vive sin el interior, porque éste le da los impuestos, la comida, la mano de obra y hasta muchas de las mejores mentes, sin embargo somos bárbaros, incultos, que pronunciamos la "ll" como si fuera casi una "i" envés de hacerlo bien, como una "sh".
Votamos a un presidente por voto directo, sin colegio electoral, en un país que concentra la mitad de su población en menos de una décima parte de su territorio. ¿A qué político le convendría recorrer el país para proponer ideas de campaña, si con solo dar unas cuantas bolsas de caramelos a su stock permanente de pobres fuera de la General Paz, se asegura el 45% de los votos necesarios para asumir?
Nos venden que el interior del país se muere de hambre mientras que Buenos Ires ofrece el sueño americano para atraer más mano de obra que suplante a la población autóctona que se pasó al bando de la delincuencia.
Se aplauden afanosamente al decir "Yo (Sho) vivo en Buenos Aieres" ya que consideran que estar encerrados bajo 3 rejas electrificadas y pagándole un sueldo a un pobre tipo provinciano para que dé su vida en caso sea necesario con el fin de dormir sin perturbaciones junto a sus bienes materiales, así son mejores personas, más civilizadas, la esperanza de la Nación.
Nos queda nada más que un año para celebrar dos siglos de la revolución por el libre comercio y el contrabando a través del puerto de Buenos Aires, más conocida como Revolución de Mayo. Es una fecha de ellos, pero que, argentinos, fue cuando todo empezó, fue el big bang de nuestra historia. Usemos esa fecha como punto de partida hacia una nueva era, en la que todos seamos escuchados por todos, en donde cada palmo de nuestro país valga lo mismo, en donde se escuche a un santiagueño y a un neuquino hablar en TV abierta sin necesidad de disfrazar sus orígenes que lo delatan por la voz. Luchemos para que la inauguración de una fábrica en San Juan tenga tanta importancia como la de un Shopping en Caballito, hagamos que nuestros candidatos recorran hasta el último extremo de nuestra gran Patria para conseguir un voto valedero, démosle trabajo, vivienda y vida digna a nuestros más necesitados, no puede ser que haya tanta tierra de balde en algunos lugares, mientras que todo el mundo quiere ir a apiñarse en el conurbano, creemos posibilidades de igualdad en todos los puntos del país.
Y por último, trabajemos para que la argentina pueda ser representada afuera tanto por un misionero como por un riojano, por un pampeano como por un salteño, por un cordobés como por un santacruceño. Que no crean en el exterior que el argentino es pedante, soberbio, prepotente, que sepan esos son simplemente los que tienen la batuta, al menos por ahora. Gracias.


© 2009 DIEGO PETRUSZYNSKI

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